Los cambios estacionales pueden hacernos más susceptibles a las enfermedades, ya que la gente se reúne en espacios cerrados. Estas transiciones aumentan la propagación de enfermedades, especialmente de ciertos virus. Las vacunas son nuestra mejor defensa, ya que refuerzan la inmunidad y reducen la transmisión comunitaria. Con el cambio de estación, protéjase: vacúnese.